Para obtener frutas en agricultura, lo cual se comprende como todo producto de una planta luego de haber producido una flor, se requiere por consecuencia que la planta haya pasado por el proceso metabólico de crear una flor, “cuajarla” en fruto y posteriormente engrosarla hasta llegar -idealmente a un calibre comercial con características cosméticas ideales que permitan su comercialización con el menor esfuerzo posible.
Cualquier intervención que incida en el proceso de floración intencionalmente, debe considerar maximizar el esfuerzo del mismo comprendiendo adecuadamente el proceso entero de paso de estímulo externo hasta que se forman las frutas del cultivo.
Para efectuar una estimulación floral adecuada y eficiente que represente un retorno importante sobre la inversión que se haga para lograr una estimulación floral (hablando en términos de una plantación comercial), se debe conocer el proceso completo desde que se inicia con un estímulo externo hasta que se forma el fruto posterior a la fecundación de la flor.
La respuesta en general a un estímulo externo de las plantas generalmente se traduce en crecimiento por medio de un brote vegetativo que se madura con el tiempo para posteriormente formar un nuevo brote en un nuevo ciclo de crecimiento. En los frutales eso es básicamente muy incidente cuando se aplica cualquiera de los siguientes estímulos.
Para que un brote vegetativo se convierta en un brote reproductivo es el balance hormonal de la planta la que juega el rol determinante en este proceso.
A. Cuando la planta está en crecimiento vegetativo genera por regla general Ácido Indoleacético (auxinas o IAA) predominantemente por sobre Ácido Giberélico (GA) y Citoquininas (CK) las cuales son las hormonas de crecimiento de todas las plantas.
B. En el caso que cuando hay crecimiento vegetativo y la planta genera más Ácido Giberélico (GA) entonces el brote vegetativo se diferencia y se inicia la formación de las flores.
Sin embargo hay diversidad de factores que determinan la producción de auxinas o giberelinas entre las que se encuentran humedad, luz solar, fase del ciclo de vida en el que se encuentre la planta, predisposición genética a la respuesta típica y disponibilidad de nutrientes.
Es así que dentro de la experiencia del agricultor y conociendo la respuesta típica de la especie, se debe asegurar la disponibilidad adecuada de microelementos que son todos en conjunto los que son usados por la planta para fabricar sus hormonas.
El proceso de fecundación de la flor depende de varios factores que en parte están asociados a las características particulares de cada especie, por ejemplo:
La verdad sí hay un orden de importancia el cual viene dado por la cantidad de cada microelemento que es consumido en el proceso de floración y cuaje. La imagen a continuación ilustra mejor este orden cuyas cantidades realmente están dadas por la especie.