El término de “fruta orgánica” es básicamente un término comercial que implica que un ente independiente -agencia certificadora- audita constantemente al productor de dicha fruta conforme reglas muy estrictas, exige certificados de análisis rigurosos y realiza auditorías para el cumplimiento de estas normas. Este término comercial implica primeramente que una fruta puede ser comercializada con la seguridad que no contiene trazas de ningún pesticida y esa es la seguridad que el consumidor final traduce en criterio de compra, que las frutas certificadas orgánicas son más sanas que las frutas convencionales y per sé ,es así.
Lo anterior implica que es necesario hacer la distinción de los términos fruta orgánica (que cuenta con certificados que lo declaran emitidos por un ente ajeno a la empresa o finca) y la fruta que se produce bajo métodos ancestrales o tradicionales que evita el uso de fertilizantes de síntesis química, insecticidas, herbicidas, etc y que igualmente podría ser igualmente libre de residuos pero que no está regulado básicamente por ningún ente.
Para el primer caso por tratarse de una fruta certificada la finca tiene el potencial de poder vender a un precio superior al de la fruta convencional, incluso exportarla, mientras que para el segundo caso difícilmente es posible venderla a un mayor precio que el convencional y es imposible venderla fuera del país.
El término de agricultura ecológica es un termino utilizado como sinónimo de la agricultura orgánica para la norma Europea NOP, mientras que para los Estados Unidos se sigue utilizando el término orgánico.
Ahora bien, la decisión de convertir un cultivo convencional en orgánico o establecer uno desde cero consiste en una decisión de carácter comercial, pues:
Sin embargo, la complejidad de la producción de frutas o alimentos orgánicos dista mucho de únicamente ser de meros criterios técnicos ya que para ostentar un certificado orgánico.
En realidad producir fruta certificada implica mucho más trabajo que únicamente hacerse cargo de la producción técnicamente hablando. Para poder establecer una plantación que cuente con certificados orgánicos generalmente no es suficiente una infraestructura y equipo de trabajo (personal) que soporta la operación de una finca o empresa productora de fruta convencional.
No obstante aunque la complejidad técnica se incrementa, existen otros retos que vencer para que una empresa sea elegible para poder exportar su fruta orgánica. A continuación se enumeran la variedad de requisitos que a grandes rasgos se han identificado:
Por medio del siguiente diagrama se ilustran los componentes que deben ser considerados para implementar adecuadamente certificaciones orgánicas que permitan exportar fruta con efectividad.
Referencias:
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